martes, 22 de noviembre de 2011

Encuesta sobre el problema del embarazo en la adolescencia

A continuación se presenta una encuesta realizada a cincuenta personas dentro de la página de Facebook, la edad promedio fue de 18 años. Las dos cuestiones que se lanzaron fueron las siguientes: 1.- ¿Cuál es el motivo por el que se dan los embarazos no deseados-inconscientes en los adolescentes y jóvenes?, y 2.- ¿Crees que el embarazo en la adolescencia o juventud, limita o concluye en proceso de formación profesional?; estas fueron las respuestas predominantes, ante las cuestiones hechas.

1.- ¿Cuál es el motivo por el que se dan los embarazos no deseados-inconscientes en los adolescentes y jóvenes?

Por falta de confianza con los padres, ya que no les dan una buena orientación sexual y se apenan al discutir con ellos sobre este tema, ya que por información no puede ser, ni tampoco por no saber cuáles son los métodos más usuales, ya que hay mucha información en distintos medios, así como instituciones que pueden orientar. Creo que más bien, es la falta de confianza con los padres.

Creo que puede ser porque no usan preservativo, o porque andan mal a nivel afecto, de tal modo que tienen relaciones sexuales, y al día siguiente no se acuerdan que pasó.

Pienso que temen a que les suceda lo mismo a ellas, con lo que suelen ver dentro de sus familias, o incluso porque son violadas.

Muchos adolescentes y jóvenes tienen relaciones por presión, porque creen que es una moda, o por seguir al grupo de amigos; pero también en otros casos se da porque no se dejan guiar, o porque no tienen una buena educación sexual y por lo tanto no le dan una valoración a su cuerpo ni al de su pareja y creen que tener pareja solo es para satisfacer necesidades.

Pienso que muchas veces es porque no se tiene un proyecto a futuro bien definido, de tal modo que se le da poca importancia a las acciones. Así, fácilmente se dejan llevar sin mirar las consecuencias. Pienso que un embarazo es lomas natural que existe, pero no sin antes ponerse a pensar todas las cosas necesarias e indispensables para dar vida a un nuevo ser.

Pienso que si te atrevieras a desafiar una de las leyes físicas, como la de la gravedad, ¿verdad que sufrirías las consecuencias? Pues lo mismo se puede decir de las leyes morales, como la de “abstenerse de la fornicación” (1 Tesalonicenses 4:3). ¿Cuáles son las consecuencias de violar dicha ley? La Biblia responde: “El que practica la fornicación peca contra su propio cuerpo” (1 Corintios 6:18).

Mencionemos algunos ejemplos: la transmisión de enfermedades venéreas, los embarazos no deseados y la pérdida del favor de Dios. Estas son solamente algunas de las trágicas consecuencias de pasar por alto la ley moral que expone la Biblia respecto a la fornicación.

Falta de educación sobre el AMOR.

2.- ¿Crees que el embarazo en la adolescencia o juventud, limita o concluye en proceso de formación profesional?

Si es difícil continuar con una formación profesional, ya que en muchos casos la niña se aleja de la familia, ya que se junta con la persona o se casa. Por tanto, es difícil para ella poner atención al estudio y al acto de ser madre.

‎Creo que depende de cada persona si quiere seguir estudiando. Sin embargo, también cuenta mucho el apoyo de los papás o familiares o del novio, ya que si se llega a un acuerdo, si se puede continuar con el estudio.

Pienso que sí, porque con la llegada del hijo, ya no es lo mismo; porque se quiera o no, un hijo necesita el tiempo necesario para ser atendido; o en otros casos, las madres son madres solteras, y por tanto, tienen que comenzar a trabajar para sacar adelante a sus hijos.

Creo que, implica mucho el querer y tener el deseo de superarse, de tal manera, que aunque tengan una responsabilidad mayor, si ellos quieren pueden buscar alguna opción para seguir adelante; ya que hay muchas escuelas abiertas, así como también hay algunas en las que solo van algunas horas a la semana. Pienso que de esta forma, podrían terminar hasta una carrera. Por tanto, depende de cada persona y los deseos que tenga para superarse.

Muchas veces se ve interrumpida la formación profesional por falta de tiempo, atención y recursos; pero a la vez si se continua con el proceso educativo, se puede descuidar la formación del nuevo ser.

‎La mayor de las veces limita y hasta impide concluir la formación académica y profesional. En muchos casos, no permite llegar a la madurez humana e impide el disfrute de la niñez, adolescencia o juventud, interrumpidas violentamente.

Ahora bien, ante cuestiones hechas y las consecuencias ahora presentadas, ¿qué respuesta darías tú, o cuál sería tu postura frente al embarazo no deseado?

lunes, 21 de noviembre de 2011

Embarazo en adolescentes

Link para encontrar artículos sobre la postura de la Iglesia ante las relaciones sexuales

http://es.catholic.net/busqueda/index.phtml?w=relaciones+sexuales&s=2&and=1

Relaciones sexuales prematrimoniales (1)

http://es.catholic.net/sexualidadybioetica/341/772/articulo.php?id=5813

Documental "EMBARAZO PRECOZ"

¿Hasta cuándo y hasta dónde? Una reflexión ética sobre las relaciones sexuales durante el pololeo

                                                                                                        Tony Mifsud s.j.

Una y otra vez se pregunta por la postura de la Iglesia Católica frente a las relaciones prematrimoniales.[1]  Sin embargo, la mayoría de las veces lo que de verdad preguntan los jóvenes no es por las relaciones sexuales durante una etapa que se puede llamar pre-matrimonial sino más bien durante el tiempo del pololeo; concretamente, son las interrogantes por el hasta cuándo tienen que abstenerse de las relaciones sexuales, y por el hasta dónde se puede llegar en el contacto físico durante este período de abstinencia.

1.- Algunas aclaraciones previas
En primer lugar, es necesario precisar el contexto para comprender el significado ético de cualquier acto humano.  Por lo tanto, no se puede equiparar éticamente una relación sexual dentro de un contexto de prostitución o de una relación pasajera o de un pololeo o de un noviazgo o de una infidelidad matrimonial.
         Con esto no se pretende distinguir contextos para validar éticamente uno y condenar otro, sino simplemente aclarar que el contexto concreto ilumina el significado ético de una relación sexual.  Aún más, la negativa ética frente a las relaciones sexuales fuera del contexto del compromiso matrimonial no significa que todos los contextos conllevan el mismo grado de carga ética, ya que seguramente no es lo mismo una relación extra-matrimonial que aquella estrictamente pre-matrimonial.  En otras palabras, existe un más dentro de lo que la reflexión ética señala como un mal, como un gesto que no ayuda a la plena realización de la persona.
         Ahora bien, al hablar de pololeo se hace referencia a una situación donde se entiende que la relación inter-personal no conlleva el compromiso de un matrimonio como tampoco de un noviazgo; no obstante, constituye una relación que va más allá de una simple amistad entre otras, ya que el pololeo es el camino para el noviazgo, aunque no todo pololeo termina en noviazgo.  El pololeo es todavía una situación de posibilidad donde el compromiso se sitúa a nivel de búsqueda para descubrir la factibilidad de emprender el camino del noviazgo, pero de ninguna manera implica ya el compromiso de una vida en pareja.

2.- Sexualidad y sexo
La sexualidad constituye una categoría antropológica básica mediante la cual se afirma que toda persona nace varón o hembra y se va haciendo a lo largo de su vida hombre o mujer.  La persona humana es sexuada, mujer o hombre, con un trasfondo biológico determinado y con una psicología diferenciada; es decir, el ser mujer o hombre determina la manera de vivir, percibir, sentir, pensar, etc., de manera femenina o masculina.
         El sexo connota la dimensión genital de la sexualidad, pero la sexualidad no se reduce al sexo como tampoco se entiende el sexo fuera de la sexualidad si se quiere hablar de un sexo humano.  Aislar el sexo de la sexualidad resulta deformante porque se prescinde de su contexto vital que le da sentido, dirección y contenido propiamente humano.  El texto (sexo) sólo se puede leer dentro de un contexto (sexualidad) para poder descifrarlo y comprenderlo de manera correcta y apropiada.
         Ahora bien, la persona humana es básicamente un ser relacional en cuanto abierta a sí misma y a los demás dentro de las coordenadas de espacio y de tiempo.  Esto explica el crecimiento como elemento constitutivo de lo humano porque al no ser una realidad cerrada y determinada[2], se abre a la posibilidad de cambio y de transformación en su historia debido a esta apertura hacia lo propio y lo ajeno.  Toda historia humana es una crónica de múltiples relaciones entre el Yo y los que va construyendo y configurando al individuo y al grupo humano.
         Asimismo, la sexualidad es la vivencia sexuada de lo relacional; las relaciones inter-personales son encuentros marcados por lo masculino y lo femenino.  Y, por ende, el sexo es una de las posibles expresiones en esta relación entre un hombre y una mujer; a la vez que denota una expresión vinculante de entrega e intimidad entre ellos.  En la desnudez física se expresa la apertura máxima posible entre dos seres humanos; una apertura que resulta muy vulnerable si no está acompañada por un compromiso en el tiempo.  Es el goce del encuentro sincero entre dos personas que se aman y que expresan en un gesto concreto lo que viven a diario.
         En la fidelidad de un estar juntos desde el cual brota la vida, ya que el amor desea perpetuarse en el tiempo, se construye la familia que protege la fragilidad del amor y lo profundiza con el sello del tiempo.  A la vez, la presencia de las familias configura la sociedad y la fortalece en cuanto prepara los futuros ciudadanos que ya han aprendido en el seno de su propio familia los valores básicos de toda convivencia humana.

3.- Una sociedad adolescéntrica
En la sociedad moderna, la novedad en el campo de la sexualidad no es tanto la promiscuidad como tampoco la temprana edad en la cual se realiza la experiencia de la relación sexual, sino la tendencia a negar como ideal la relación amorosa como significado exclusivo de la relación sexual entre una mujer y un hombre.  Es decir, se tiende a colocarla en el mismo plano con todas las relaciones efímeras, pasajeras y precarias.
         En otras palabras, este gesto va perdiendo su densidad contentual, negando a diferenciarlo de otros gestos humanos relacionales.  Al no respetar la jerarquía expresiva que denota distintos compromisos relacionales, se cae en el peligro de la vaciedad y del sinsentido antropológico porque nada es lo que dice ser.
         En términos psicológicos, se está imponiendo como modelo y referencia la sexualidad adolescente; la moda es seguir siendo joven e instalarse en los movimientos sexuales de la adolescencia.  Así, se pregona un sexo sin fecundidad, se ha desvelada la desnudez, se ha banalizado el sexo en un sexo-proeza, se acepta el cambio frecuente de pareja, se sobreconsume el sexo como un producto más entre otros, se defiende la idea de que hay que satisfacer siempre los deseos inmediatamente tal como se presentan, y, se niega el paso de los años porque se pretende que no debe haber diferencia entre los quince y los setenta años.
         Aún más, algunos jóvenes tienen que asumir el rol de padres frente a su propios padres que todavía no han superado la etapa de su adolescencia.  En la vida de otros jóvenes se da una total ausencia de la presencia significativa del padre, sea por la inmadurez psicológica del hombre adulto sea por la presencia de múltiples maridos en la vida de su madre.
         El sexo ha abandonado la sexualidad, olvidando el sexo adulto en beneficio del sexo adolescente.  Es del todo necesario re-situar el sexo respecto a la sexualidad, porque de otra manera un sexo expuesto por todas partes nos hace olvidarlo por hastío frente a lo absurdo y por soledad cuando lo imaginario choca con la realidad.[3]

4.- ¿Hasta cuándo?
Volviendo a la pregunta inicial, la ética cristiana plantea que el gesto de la relación sexual cobra su auténtico y pleno significado humano y humanizante cuando sus protagonistas expresan una entrega total mutua.  En ese momento, gesto y significado coinciden: se expresa lo que se está viviendo.
         De otra manera, existe una mentira existencial porque el gesto no está avalado por su significado correspondiente.  En otras palabras, cuando hay una entrega corporal sin el compromiso de consecuencia con dicho gesto, entonces es como firmar un cheque sin fondos.
         La relación sexual no es una simple fusión de dos cuerpos sino un encuentro de dos personas dentro del contexto de una relación, siendo lo físico (la relación sexual) una expresión de una totalidad más grande (una relación humana con distintas dimensiones y diferentes expresiones correspondientes).
         Ahora bien, la institución social que conlleva el significado de entrega total y definitiva entre un hombre y una mujer, que, a su vez, se convierte en un solo proyecto de vida, es el matrimonio.  Por lo tanto, en el matrimonio se da una coincidencia entre gesto - significado - institución.
         Por lo tanto, no se trata de esperar hasta el matrimonio para tener relaciones sexuales (visión jurídica), sino el matrimonio es el momento mediante el cual dos personas asumen personal y públicamente el compromiso de un amor total, es decir, fiel en el tiempo para con el otro (visión antropológica).  En el contexto de un compromiso matrimonial, el gesto de la relación sexual significa aquello que expresa: Te amo de verdad y estoy dispuesto a asumir todas las consecuencias de este amor por tí.
         El amor es público en el sentido de que lo humano es de por sí relacional, muy especialmente cuando un amor entre un hombre y una mujer trae consecuencias para toda la sociedad: los hijos, los derechos legales, la educación, la vivienda, etc.  Además, el verdadero amor siente la necesidad de hacerse público: quiero que los demás sepan que mi amor por tí es verdadero (contexto relacional de lo humano).  Tanto es así, que el dolor es grande cuando los otros significativos (padres, familiares, amigos) se oponen a este compromiso matrimonial.
         Sería bueno recordar que no se está haciendo referencia a cualquier tipo de amor.  Existe el amor paternal, maternal, fraternal, amistoso, ...  Aquí estamos hablando del amor entre un hombre y una mujer que sienten la necesidad de un estar juntos en el tiempo y a través de los hijos, hasta prolongarse más allá de sus propias vidas terrenales.  Un amor que implica atracción, sentimiento, empatía, pero también compromiso, opción, voluntad; ya que el sólo componente afectivo y sentimental puede ser pasajero y caprichoso si no está orientado por - y fundamentado en - una opción clara.  Del sentimiento y empatía nace la opción que a su vez alimenta, dirige, profundiza y consolida este sentimiento.  De otra manera, la vulnerabilidad es máxima ya que en el amor siempre están involucradas dos personas.
         Por lo tanto, en la etapa del pololeo puede existir el amor; aún más, una relación sexual entre dos pololos también puede ser expresión del amor.  Pero, ¿de qué tipo de amor es expresión? ¿de un amor adolescente o de un amor adulto? ¿existen las condiciones psicológicas, espirituales, económicas, ... para que la entrega corporal signifique de verdad una entrega existencial?  Justamente, durante el pololeo una relación sexual es una relación pre-madura porque todavía no están dadas las condiciones.  Si de verdad existieran las condiciones, ¿por qué no asumir el compromiso del matrimonio?
         La tan citada prueba de amor durante el pololeo constituye simplemente una manipulación bastante ideológica porque realizar el acto sexual no prueba el amor ("si me quieres, acuéstate conmigo"), sino una condición biológica diferenciada entre el hombre y la mujer dentro de una contexto instintual.  Por el contrario, la verdadera prueba de amor consiste en no apurar la relación sexual para asegurarse de la presencia del amor y no simplemente de la atracción física; para salir de la sospecha de una mera y mutua satisfacción egoísta (el egoísmo entre dos donde la relación sexual no es más que una masturbación en pareja); es el paso del egocéntrico "me gustas" (sujeto: yo - por ende, relación centrada en uno mismo) al altruista "te quiero" (sujeto: tú - por tanto, relación de alteridad entre un yo y un tú).
         Por último, el respeto físico por el otro durante el pololeo es sumamente pedagógico porque forma en la auto-disciplina.  El "lo quiero, por ende lo tomo" corresponde a la etapa infantil de la omnipotencia que la realidad va corrigiendo paulatinamente y también refleja una mentalidad consumista mercantil que lo reduce todo a la categoría de la adquisición.  La convivencia exige la capacidad de auto-dominio ya que de otra manera no existe ningún "yo" para relacionarse con los otros "tú".  El egocéntrico se relaciona consigo mismo, donde los demás se utilizan en función de uno; sólo el altruista es capaz de relacionarse con otros porque los respeta en su alteridad.  La ausencia de auto-disciplina impide la apertura hacia el otro porque mantiene al individuo en la etapa infantil (todo en función de uno); el respeto mutuo abre el camino hacia la adultez porque permite la convivencia y la solidaridad.

5.- ¿Hasta dónde?
Resulta muy curioso observar la mentalidad legalista de aquellos jóvenes que, descartando la relación sexual, preguntan: ¿hasta dónde puede llegar el contacto físico en el pololeo?  Más sorprendente todavía es la costumbre actual de hacer de todo en pareja, o mejor dicho, frente a la pareja, con tal de no haber una penetración física para cumplir con las normas de la moral cristiana.  ¡Es el afán secular de cumplimiento con la letra, olvidándose de la fidelidad al espíritu que da sentido a la letra!
         No obstante, tratando de ofrecer alguna respuesta a esta inquietud, hay que afirmar, en primer lugar, que la dificultad de una respuesta clara y exacta reside en los distintos factores psicológicos entre individuo y otro (temperamento, estados de ánimo, etc.) como también la variable cultural que otorga un distinto significado a algunos gestos secundarios relacionados con la sexualidad.
         Además, tampoco se trata de hacer una geografía anatómica detallando aquellas partes que se podrían denominar como éticamente lícitas y otras ilícitas.  Este mapa ético no tiene mucho sentido porque colocaría a los sujetos en una actitud mecánica del dónde sí y dónde no; aún más, se corre el peligro de reducir el estar juntos de los pololos en una obsesión corporal del hasta dónde, perdiendo la razón de ser más profunda del pololeo mismo.  No obstante, es del todo evidente que existen partes del cuerpo que son más eróticas que otras, y, por ende, responden más al juego erótico previo a la relación sexual.  Por tanto, el significado de estos gestos recobran su pleno sentido dentro del contexto de una relación sexual; fuera de este contexto son poco comprensibles salvo en un contexto represivo.
         El mismo sentido del pololeo establece los límites del contacto físico ya que denota una situación que de por sí no entraña un compromiso definitivo.  Esta provisionalidad implica la necesidad de un mayor grado de pudor para defender la intimidad psicológica y espiritual de los implicados que en el futuro podrían tener otra pareja.  En otras palabras, actuar con una persona como si fuera la pareja definitiva cuando no lo es, plantea en el futuro problemas de relación con ella cuando se acaba el pololeo y se vuelve a nivel de amistad.  Otra vez, se está frente a la disyuntiva entre la mentira y la autenticidad para con la otra persona y para con uno mismo.
         Por último, la relación sexual dentro del pololeo descarta de por sí el horizonte de la fecundidad que, de alguna manera, es constitutiva de una relación amorosa.  El "quiero tener un hijo contigo" sella el amor adulto.  Por el contrario, una sistemática separación entre el sexo y la fecundidad por razones de pura conveniencia resulta dañina, porque si la vida no nace del amor entre un hombre y una mujer, entonces ¿cómo y en qué contexto va a aparecer?
         Fundamentalmente, la reflexión ética se preocupa por el asumir las consecuencias de los propios actos (autonomía), como también de los ajenos en cuanto repercuten en el bienestar de los demás (solidaridad).  En el tema de la sexualidad también es preciso pensar en las consecuencias de los propios actos y asumirlas de manera lúcida.  Las modas, lo que dicen los demás, son realidades efímeras; la honestidad con uno mismo y el respeto profundo por el otro dignifica y hace crecer, aunque no esté exento de incomprensiones y de sacrificios.

6.- La semántica cristiana
Aménse como Yo les he amado[4] fue el gran testimonio de Jesús de Nazaret.  Además, "nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos"[5]: el amor es servicio, tal como Jesús lo recalcó en el episodio del lavatorio de los pies durante la última cena.[6]  La reflexión de la ética cristiana intenta aplicar este mensaje, encarnado en la vida de Jesús el Cristo, en todas las dimensiones de la vida humana.
         A lo largo de los siglos, la Iglesia ha tomado en serio el discurso sobre el amor como distintivo de lo cristiano.  En este contexto, se pretende dignificar el gesto de la relación sexual entre un hombre y una mujer para que no sea un gesto efímero ni caprichoso sino una expresión auténtica de un amor total y definitivo.
         El peligro de la sociedad moderna es otorgar otro sentido a la relación sexual (desahogo instintual, estímulo-respuesta, relación sin ulterior compromiso, ...), o, también, ninguno (no diferenciarlo de otros gestos).  Habría que preguntarse sobre las consecuencias antropológicas de estos otros sentidos: ¿ayudan a la realización auténtica de la persona comprendida como un ser social, un ser relacional? o, más bien, ¿alimentan el narcicismo castrante e inmaduro?
         La propuesta cristiana es clara: una relación sexual entre un hombre y una mujer es la expresión física de una entrega total y definitiva.  Por lo tanto, en la etapa del pololeo, que se define por la provisionalidad, no se dan las condiciones correspondientes y, por ende, el gesto pierde su autenticidad de significado.
         Pues bien, ¿es la postura cristiana una opción idealista?  Evidente que lo es.  En nuestra sociedad, marcada por el pragmatismo, hacen falta los grandes ideales que provocan historia en la búsqueda de una sociedad siempre más justa y más humana para todos.  La única crítica inquietante sería su irrelevancia.  Pero, ¿puede ser irrelevante cuando surge de la misma antropología y la comprensión psicológica de la persona?  De todas maneras, ¿es posible en una sociedad altamente expuesta a lo erótico?  De hecho, es la opción de vida de numerosos jóvenes.  Ciertamente no como vivencia reprimida, sino como una opción madura que sabe dar la debida importancia a la jerarquía de los gestos en un proceso ascendente; como señal de respeto profundo por el otro y coherencia con uno mismo; porque se cree en el amor como un compromiso y no como una palabra vacía de todo sentido o como excusa para encubrir el propio egoísmo.
         No se trata de mitificar ni de sobre-dimensionar la relación sexual sino de otorgarle un sentido y un significado vinculante entre un hombre y una mujer en el contexto de una necesaria y sana diferenciación gestual jerarquizada, porque no todo gesto tiene el mismo significado ni conlleva el mismo compromiso.

         Por consiguiente, la propuesta cristiana no sólo es posible sino también necesaria en y para la sociedad, justamente para devolver al sexo su dignidad y su pleno significado humano, ya que los gestos humanos vacíos de sentido y de contenido terminan empobreciendo, deformando y deshumanizando a las personas y, por ende, a la sociedad.
         La fragilidad humana es un hecho; pero esta constatación no puede fundamentar un ideal o, menos todavía, fundamentarse en lo ideal.  Se requiere mucha comprensión frente a la debilidad humana; pero la meta es crecer y no sucumbir frente a ella, por razones de un auténtico respeto por la dignidad de lo humano.[7]

Fuente:
Véase en: www.iglesia.cl/portal_recursos/educacion/doc/pololeo.doc, consultada el 19 de noviembre de 2011.


[1]  Sobre este tema se puede consultar: F. Boeckle, M. Vidal, J. Koehne, Sexualidad prematrimonial, (Salamanca: Sígueme, 1974; A. Hortelano, Problemas actuales de moral, (Salamanca: Sígueme, 1980), pp. 583 - 592; E. López Azpitarte, Etica de la sexualidad y del matrimonio, (Madrid: Ediciones Paulinas, 1992), pp. 255 - 295; T. Mifsud s.j., Moral de Discernimiento, Tomo III: Reivindicación ética de la sexualidad, (Santiago: San Pablo, 1994, cuarta edición), pp. 320 - 329; C.J. Snoeck, "Matrimonio e institucionalización de las relaciones sexuales", en Concilium 55 (1970) pp. 271 - 282; M. Vidal, Moral de Actitudes, (II-2ª), (Madrid: P.S., 1991, octava edición), pp. 413 - 440; M. Vidal, Diccionario de ética teológica, (Estella: Verbo Divino, 1991), pp. 480 - 482.
[2]  Es preciso no confundir lo determinado, en cuanto realidad sin posibilidad ni alternativa, con lo condicionado, en cuanto realidad que no está abierta a toda posible posibilidad.
[3]  Ver el interesante libro del psiconalista y profesor de psicología clínica, Tony Anatrella, El sexo olvidado, (Santander: Sal Terrae, 1994), 310 pp.
[4]  Ver Jn 15, 12.
[5]  Jn 15, 13.
[6]  "Ustedes me llaman el Maestro y el Señor, y dicen bien, porque lo soy.  Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros.  Les he dado ejemplo, para que también ustedes hagan como yo he hecho con ustedes" (Jn 13, 13 - 15).
[7]  Juan Pablo II escribe en la encíclica Veritatis Splendor (1993): "En este contexto se abre el justo espacio a la misericordia de Dios para el pecado del hombre que se convierte, y a la comprensión por la debilidad humana.  Esta comprensión jamás significa comprometer y falsificar la medida del bien y del mal para adaptarla a las circunstancias.  Mientras es humano que el hombre, habiendo pecado, reconozca su debilidad y pida misericordia por las propias culpas, en cambio es inaceptable la actitud de quien hace de su propia debilidad el criterio de la verdad sobre el bien, de manera que se puede sentir justificado por sí mismo, incluso sin necesidad de recurrir a Dios y a su misericordia.  Semejante actitud corrompe la moralidad de la sociedad entera (...)" (Nº 104).                                                                                                                                                                                                       

jueves, 17 de noviembre de 2011

Serie: "Valientes", testimonio de tres adolescentes embarazadas

Riesgos en el embarazo

INTRODUCCION

Adolescencia según la OMS es el período de la vida en el cual el individuo adquiere la capacidad reproductiva, transita los patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida la independencia socioeconómica; fija sus límites entre los 10 y 20 años.

Los objetivos del presente trabajo son conocer la repercusión que tiene un embarazo adolescente en la esfera social y en la propia salud tanto de los padres como del hijo, y la forma de prevención de ésta entidad. El embarazo en la adolescencia se define como el que ocurre dentro de los dos años de edad ginecológica, entendiéndose por tal al tiempo transcurrido desde la menarca y/o cuando la adolescente es aún dependiente de su núcleo familiar de origen. Ha sido llamado también el síndrome del fracaso, o la puerta de entrada al ciclo de la pobreza. la vida donde ocurren una serie de cambios con rapidez vertiginosa que se reflejan en la esfera anatomofisiológica, social y cultural.

El embarazo en la adolescencia es una crisis que se sobreimpone a la crisis de la adolescencia. El embarazo irrumpe en la vida de las adolescentes en momentos en que todavía no alcanzan la madurez física y mental, y a veces en circunstancias adversas como son las carencias nutricionales u otras enfermedades, y en un medio familiar generalmente poco receptivo para aceptarlo y protegerlo.

El embarazo no planeado en una adolescente puede provocarle serios trastornos biológicos, sobre todo si es

menor de 15 años. Además de repercutir sobre su esfera social, se interrumpe el proyecto educativo y surge la necesidad de ingresar prematuramente a un trabajo, generalmente mal remunerado. La censura social sobre la adolescente y su familia se hacen evidentes, se desencadenan matrimonios apresurados que generalmente no duran con las subsiguientes repercusiones sociales, económicas personales y sobre la salud de los hijos.

DESARROLLO

Perfil de los adolescentes a nivel mundial:

  • Hay más de mil millones de adolescentes, 85% en los países en desarrollo.

  • Más de la mitad ha tenido relaciones sexuales antes de los 16 años.
  • Existen más de 111 millones de casos nuevos de infecciones de transmisión sexual curables en menores de 25 años.
  • Más de la mitad de casos nuevos de infección por HIV -más de 7000 por día ocurre en jóvenes.
  • La violación o incesto ocurre en 7 a 34 % en niñas y en 3 a 29 % en niños.
  • El 10 % de los partos acontece en adolescentes.
  • La muerte materna es 2 a 5 veces más alta en mujeres menores de 18 años que en las de 20 a 29 años.
  • Hay 4,4 millones de abortos inducidos, la mayoría en condiciones de riesgo.
  • Un tercio de las hospitalizaciones son por complicaciones de aborto.
  • Cada 5 minutos se produce un suicidio por problemas inherentes a la salud sexual y reproductiva.

La primera relación sexual cada vez ocurre en estadios de la vida más tempranos lo cual se asocia a un mayor riesgo de embarazos y de contraer enfermedades de transmisión sexual invalidantes.

Mientras más precoz ocurre el primer coito mayor es el número de parejas sexuales que tienen esas personas y por lo tanto los riesgos se multiplican.

La etiología tiene que ver con el nivel socioeconómico bajo, inestabilidad familiar, expectativas del grupo de pares respecto de la iniciación de las relaciones sexuales, declinación de las barreras sociales para el ejercicio de la sexualidad. También se relaciona con modelos reproductivos que tienden a repetirse, es decir, madres que también lo fueron a edades tempranas.

El impacto del embarazo en la adolescencia es psicosocial y se traduce en deserción escolar, mayor número de hijos, desempleo, fracaso en la relación de pareja e ingresos inferiores de por vida. Constituye a perpetuar el ciclo de la pobreza y la “feminización de la miseria”.

El embarazo en la adolescencia representa un serio problema social. Se considera desde el punto de vista médico y social como una situación de riesgo. Muchos problemas se suscitan dado que la adolescente tiene rechazo del entorno e inmadurez biopsicosocial, constituyendo un grave problema en salud pública tanto en América Latina como en el resto del mundo. A la adolescencia se la puede dividir en tres etapas 1, 2, 9 con características diferentes y a su vez con formas distintas de enfrentar un embarazo:

1. Adolescencia temprana (10 a 13 años):

Ligada a su madre, negación del embarazo, la maternidad provoca depresión y aislamiento, no

hay lugar para el padre. El varón está ausente en sus planes.

2. Adolescencia media (14 a 16 años):

Dramatización de la experiencia corporal y emocional, se siente posesiva en relación al feto, que a su vez es experimentado como un instrumento de la afirmación de independencia de los padres. Su actitud es ambivalente: de culpa y orgullo. El padre tiene un lugar: El varón es considerado importante como una esperanza en el futuro.

3. Adolescencia tardía (17 a 19 años):

Adaptación al impacto de la realidad, sentimientos maternales. Búsqueda de afecto y compromiso de parte del varón y establecimiento como un futuro compañero. Es por ello que una adolescente que se embaraza se comportará como corresponde al momento de la vida en que está transitando, sin madurar a etapas posteriores por el simple hecho de estar embarazada; son adolescentes embarazadas y no embarazadas muy jóvenes.

De forma global se describe mayor morbilidad en la gestación adolescente 6, 13 en la literatura se describen:

§ Abortos

§ Anemia

§ Infecciones urinarias

§ Bacteriuria asintomática

§ Hipertensión gestacional

  • Preeclampsia – Eclampsia
  • Escasa ganancia de peso
  • Malnutrición materna
  • Hemorragias asociadas con afecciones placentarias
  • Parto prematuro
  • Rotura prematura de membrana
  • Desproporción cefalopélvica
  • Cesárea

Se ha descrito un mecanismo común que podría explicar diversas afecciones propias del embarazo que muestran mayor frecuencia en adolescentes, se trata de una falla en los mecanismos fisiológicos de adaptación circulatoria al embarazo: Síndrome de mala adaptación circulatoria, cuyas diversas manifestaciones clínicas pueden presentarse por separado o asociadas entre sí a nivel materno y/o fetal. Existe una alta incidencia de enfermedades de transmisión sexual, vaginosis bacteriana, con mayor frecuencia por Garnerela Vaginalis, HPV. La infección de vías urinarias quizá sea en parte responsable de la alta incidencia de parto prematuro, sumado a otras entidades que se citan como responsables tales como el propio desarrollo puberal, los procesos infecciosos a otros niveles como cervicovaginal que pueden ocasionar directa o indirectamente, a través de la rotura prematura de membrana, parto pretérmino.

También hay una alta incidencia de anemia microcítica hipocrómica, la cual puede ser multifactorial, sobresalen los hábitos nutricionales deficientes, el acudir tardíamente a su control prenatal y la propia adolescencia. Es una enfermedad frecuente en los países subdesarrollados. En el puerperio la morbilidad está ligada a la vía del nacimiento. Las complicaciones son: desgarro del canal del parto por uso de instrumentos como fórceps o desarrollo incompleto de éstas pacientes.

El estado nutricional materno es un factor determinante en el crecimiento fetal y en el peso del recién nacido. El adecuado peso al nacer es sinónimo de bienestar y salud del neonato.

La rotura prematura de membrana constituye una de las enfermedades obstétricas más relacionadas con la Morbimortalidad materno – perinatal, la infección puede llevar a la inducción de metaloproteinasa que actúan sobre las proteínas de la matriz extracelular de las membranas debilitándolas y provocando así la rotura.

Esta se asocia a corioamnionitis, membrana hialina en el recién nacido por prematuridad e infección, presentación pelviana, prolapso del cordón, compresión de la cabeza fetal y/o del cordón umbilical, e incremento del índice de cesárea.

El aborto provocado es un problema social, consecuencia generalmente de un embarazo no deseado.

Los riesgos sociales de un embarazo en la madre adolescente se traducen en mayor deserción escolar y baja escolaridad, desempleos más frecuentes, ingreso económico reducido de por vida. Mayor riesgo de separación, divorcio y abandono. Mayor número de hijos.

El hijo de madre adolescente tiene mayor frecuencia de deserción escolar, capacidad mental probablemente inferior, alto riesgo de abuso físico negligencia en los cuidados de la salud, desnutrición y retardo del desarrollo físico y emocional, alta proporción de hijos ilegítimos, que limita sus derechos legales y el acceso a la salud. 9

El recién nacido de madre adolescente no tiene diferencias significativas con relación a las mujeres adultas, aunque si puede existir diferencias entre las menores de 15 años.

Se pueden citar:

· Internación en neonatología: sin diferencia entre las edades de las adolescentes.

· Malformaciones: Mayor incidencia entre hijos de adolescentes menores de 15 años, respecto a las de mayor edad, siendo los del cierre del tubo neural los defectos más frecuentes, y con un número importante de retraso mental de por vida.

· Mortalidad perinatal: Su índice es elevado entre las adolescentes, disminuyendo con la edad.

· Recién nacido con bajo peso por nacimiento pretérmino o por ser pequeño para la edad gestacional.

Las afecciones maternas y perinatales son más frecuentes en las mujeres menores de 20 años y sobre todo en los grupos de edades más cercanos a la menarquía. La menarquía es un evento que ocurre generalmente entre los 8 y 13 años de edad, este inicio de la menstruación es un suceso decisivo de la pubertad, la maduración sexual y emocional. La disminución de la edad de la menarquía es un factor que determina la aparición de conductas de riesgo, lo cual provoca que la vida sexual comience en edades más tempranas.

La madurez psicosocial, en cambio, tiende a desplazarse hacia edades más avanzadas debido al largo proceso de preparación que requiere una adolescente para llegar a ser autovalente. La población de 16 años o menos que se embaraza posee un riesgo más elevado para ella y su hijo si se la compara con adolescentes de mayor edad. Las adolescentes que se embarazan con un intervalo de tiempo menor de 5 años entre la menarquía y el parto se consideran un factor de riesgo para que se presenten resultados perinatales desfavorables. Entre 10 y 14 años hay mayor porcentaje de bajo peso al nacer, depresión al nacer, hipertensión inducida por el embarazo, elevada Morbimortalidad perinatal materna y mayor porcentaje de cesárea. Al existir poco desarrollo del eje hipotálamo hipófiso gónada durante éste período (antes de los 5 años posteriores a la menarquía), es necesario que el parto se desencadene artificialmente, si espontáneamente éste no ha ocurrido.

La morbilidad y mortalidad de las adolescentes embarazadas en Latinoamérica puede ser similar al del grupo de mujeres adultas si se les entrega una adecuada atención prenatal y del parto. El padre adolescente tiene ausencia en toma de decisiones dentro del evento reproductivo, falta de compromiso y hasta rechazo de la respectiva familia. Generalmente abandona sus estudios. Tiene trabajos e ingresos de menor nivel que sus pares, existe una más alta tasa de divorcios, aumento del estrés y mayor frecuencia de trastornos emocionales por una reacción negativa del medio que lo rodea.

Prevención: Existen tres niveles de prevención:

Prevención primaria:

- Medidas destinadas a evitar el embarazo en la adolescencia.

- Información sobre fisiología reproductiva, gradual y continuada en todos los ámbitos y no solo destinada al ámbito escolar.

- Utilización adecuada de los medios de comunicación.

- Estimulación de los jóvenes a la reflexión grupal, sobre los problemas relacionados con cada etapa de la adolescencia.

- Fomento de la comunicación entre padres o adultos responsables y los jóvenes en lugares comunes que sirvan de foro de discusión.

- Entrenamiento de las personas que tienen contacto prolongado con adolescentes para la atención de aquellos adolescentes en situación de alto riesgo.

- Captación, por personal entrenado, de los jóvenes que no asisten a establecimientos educacionales ni trabajan, para su reinserción social y educación.

Prevención secundaria:

- Medidas a tomar cuando la joven ya está embarazada.

- Asistencia del embarazo, parto y recién nacido en programas de atención de adolescentes, por personal motivado y capacitado en éste tipo de atención.

- Asistencia al padre de la criatura, favoreciendo su participación y ayudándolo a asumir su rol.

- Información y apoyo psicológico a la joven, si decide entregar al hijo en adopción.

Prevención terciaria:

- Vigilancia del vínculo madre – hijo, padre– hijo.

- Favorecimiento de la reaserción laboral de la madre y el padre si corresponde.

- Seguimiento médico integral del joven padre, sea cual fuere la situación en la que se haya ubicado frente a su compañera y su hijo.

- Asesoramiento adecuado a ambos para que puedan regular su fertilidad, evitando la reiteración compulsiva de los embarazos con intervalo intergenésico corto.

- Creación de pequeños hogares maternales para las jóvenes sin apoyo familiar, que además de alojarlas las capaciten para enfrentar la situación de madre soltera y la prevención de un nuevo embarazo no deseado.

CONCLUSION

Evitar que se produzca un embarazo en la adolescencia no es tarea fácil, depende tanto del propio adolescente como de su entorno. Se debería poner mayor énfasis en la promoción de la utilización de métodos anticonceptivos para la prevención de dos aspectos fundamentales que son el embarazo no deseado, como así también las enfermedades de transmisión sexual, entidades muy relacionadas entre sí. Dicha tarea depende tanto de la esfera social al cual el joven pertenece como a su propia familia.

Una vez producido el embarazo es importante realizar un control precoz y adecuado a fin de evitar las complicaciones que trae aparejado tanto para la madre como para el hijo.

Bibliografía:

- Véase en: María Gabriela Ulanowicz, Karina Elizabeth Parra, Gisela Elizabeth Wendler, Lourdes Tisiana Monzón, Riesgos en el embarazo adolescente, Revista de Posgrado de la VIa Cátedra de Medicina - N° 153 – Enero 2006 13